Cuestiones como el estigma, la discriminación y la violación de los derechos humanos siguen siendo una realidad y constituyen todavía un gran obstáculo para la respuesta a la infección por VIH
“El estigma y la discriminación perjudican a las personas y fragmentan las sociedades. Nadie debería sufrir nunca a causa del miedo o la desinformación”.
Los increíbles avances científicos logrados, la experiencia acumulada, el compromiso político, el activismo comunitario, el progreso en materia de derechos humanos, la solidaridad mundial y los nuevos recursos derivados de todo ello nos brindan una oportunidad histórica para intentar poner fin a la epidemia de sida como una amenaza para la salud pública para 2030, como se indica desde ONUSIDA.
Sin embargo, cuestiones como el estigma, la discriminación y la violación de los derechos humanos siguen siendo una realidad y constituyen todavía un gran obstáculo para la respuesta a la infección por VIH. Como indica Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA: “El estigma y la discrimianción perjudican a las personas y fragmentan las sociedades. Nadie debería sufrir nunca a causa del miedo o la desinformación”.
Consecuendia de ello, desde la Coordinadora Estatal sobre VIH y Sida (CESIDA) se ha publicado el informe “Discriminación por razones de VIH: Los casos de la Clínica Legal 2015” en el que se ha detectado que casi el 60% de las personas con VIH han sufrido algún tipo de discriminación en su ámbito laboral, contractual, sanitario, personal o familiar. El informe, elaborado en el marco de la Clínica Legal de CESIDA por la Facultad de Derecho de la Universidad de Alcalá, aborda uno de los tema más importante en el ámbito de los derechos de las personas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): la discriminación por razón de tener el virus.
En España, las personas con el VIH, aunque son titulares de sus derechos, siguen percibiendo que no los disfrutan en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos (Informe FIPSE 2005, 2010). Se enfrentan en nuestro país a numerosos problemas sociales y jurídicos, como pueden ser las barreras de acceso a la función pública, en especial a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y de las fuerzas armadas; las limitaciones del derecho al trabajo basadas en la seropositividad al VIH, en especial en las profesiones sanitarias; las exclusiones en la contratación de seguros de salud o de vida; los cambios no informados de la medicación antirretroviral; las denegaciones de servicios ofertados al público en general; las intromisiones en su intimidad personal y datos de carácter personal.
Por su parte, el informe reúne un total de 93 casos estudiados durante el año 2015, en los que se ha detectado una situación de discriminación en un 58% del total de los casos. Estudia esas diferentes situaciones en las que se ha producido esta discriminación en ámbitos como: el laboral, contractual, sanitario, personal o familiar. De todos ellos, se observa que uno de los principales ámbitos que ha sufrido esas situaciones de discriminación ha sido el acceso a los empleos públicos, que constituye el 35%.
Aunque la Constitución Española señale el derecho a la igualdad y la no discriminación, reconocido en el artículo 9.2 y 14, la sociedad sigue discriminando y estigmatizando a las personas con el VIH por razón de su seropositividad.
Desde el Comité Antisida de Extremadura, su presidente, Santiago Pérez, aboga por la solidaridad y el apoyo a todas aquellas personas afectadas por VIH y ha incidido en la importancia del conocimiento y la prevención de la enfermedad. En este sentido, el presidente del CAEX ha asegurado que “hoy más que nunca disponemos de la información y los medios para abolir la discriminación hacia las personas con VIH-Sida”.
Esta iniciativa solo busca llamar la atención en sentido positivo sobre lo mucho que en este terreno queda por conseguir, tanto social como normativamente. Desea también poner en alerta sobre los riesgos que los referidos problemas de este colectivo, tanto sociales como jurídicos, representan para la debida integración de estas personas en igualdad de condiciones al resto de la sociedad.
Por otro lado, también menciona que las restricciones y limitaciones que tratan de imponer a las personas con VIH para que se vean obligadas a desvelar su estado de salud a terceras personas se basan en una serie de ideas preconcebidas sobre la enfermedad obsoletas.